El orígen de lo cuencos tibetanos y su historia se pierden en un pasado muy lejano, seguramente son una herencia de la religión chamánica Bon, que existía en el Tíbet muchos siglos antes de que llegase el Budismo, se utilizaban para la meditación y la sanación en los monasterios de monjes.
Los auténticos cuencos tibetanos están hechos de una aleación de siete metales sagrados, corresponden al conocimiento de siete cuerpos celestes:
Oro: el sol
Cobre: Venus
Plomo: Saturno
Plata: la luna
Hierro: Marte
Mercurio: Mercurio
Estaño: Júpiter
El cuenco reproduce el OM, el sonido constante el universo, de la creación, de la armonía, el que se escucha en nuestro interior, el cuenco se encarga de restablecer ese sonido en nosotros.
Las utilidades del cuenco son muchas:
-Actúa como fuente de energía para todo el cuerpo (físico, aura...)
-Alivio de ciertos malestares corporales
-Limpieza de entornos (habitaciones... el hogar)
-El acceso a las conciencias superiores se facilita
Su uso en gemoterapia es bastante útil, ya que con la vibración del OM nos puede ayudar a limpiar y magnetizar nuestras piedras.
Sus uso son bastante más amplios, esoterismo, reiki, masajes, meditación, flores de bach... poco a poco iré poniendo algunas entradas sobre los cuencos, a medida que lo conozca un poco más trabaje con él; es importante decir que los cuencos tibetanos también necesita limpieza, al igual que las piedras, se puede limpiar de muchas modos, ya sea con el humo del incienso, con agua, con una piedra limpiadora ó rodeándolo de velas.